QUATTRO FONTANE (LAS CUATRO FUENTES)

Las cuatro fuentes (Quattro Fontane) conforman un grupo escultórico de estilo tardo renacentista encargado por el papa Sixto V dentro del proyecto de expansión urbanística de la ciudad. Se ubican en los chaflanes de las esquinas de los edificios que forman la intersección de las calles que allí confluyen.

 

 

Su construcción, entre 1588-1593, fue financiada por vecinos de la zona a cambio de algunas concesiones, y se emplearon bloques de travertino expoliados del antiguo Septizodium, el monumental ninfeo que el emperador Septimio Severo construyera tras la colina Palatina en 203 a.C.

Cuando Sixto V abrió su «vía Felice«, quiso, antes de bajar al Esquilino, adornarla con cuatro estatuas de santos, cada una colocada en una esquina de la encrucijada. Domenico Fontana prefirió las cuatro fuentes a las estatuas de santos, que dan nombre a la calle.

 

QUÉ CONFORMAN LAS QUATTRO FONTANE

Cada esquina está coronada por una estatua reclinada, más grande que la natural, con fondos escenográficos y adornos vegetales, entre los cuales fluyen quebrados chorros de agua que se vierten en las respectivas bañeras. Su diseño se atribuye a Doménico Fontana, si bien la figura de Diana es obra de Pietro da Cortona.

La iconografía empleada en cada una de ellas contiene una particular simbología. Vamos a verla:

 

 

 

• El río Tiber representa a Roma. Su figura sosteniene una cornucopia llena de fruta y está acompañada por la loba que amantó a los fundadores de la ciudad.

 

• La diosa Juno simboliza a la Fortaleza. Está representada con los símbolos reales de la corona, acompañada de un león y una oca.

 

• El río Arno evoca la ciudad de Florencia. Su imagen es representada con una figura con el pelo rizado, flanqueado por un león (el emblema heráldico de Florencia).

 

• La diosa Diana muestra la Fidelidad. Aparece apoyada contra un trimontium, (similar al del escudo heráldico Sixtino), y flanqueada por un perro.

 

En ese mismo punto, que es el más alto de la colina del Quirinal, se produce una curiosa imagen: desde aquí pueden verse los obeliscos de Santa Maria Maggiore, Trinita dei Monti y de la Piazza del Quirinale.