FUENTE DEL TRITÓN
Alimentada por el acueducto Acqua Felice, la Fuente del Tritón se erige grandiosa en el centro de la Plaza Barberini. Justo ante la que fuera residencia familiar, el Palacio Barberini (hoy Galería Nacional de Arte Antiguo), de su promotor.
Fue una de las muchas obras realizadas a instancias de Urbano VIII (Maffeo Barberini, Papa de 1623 a 1644). Su preocupación era la de dotar a la ciudad del suficiente abastecimiento de agua, al tiempo que la embellecía con grandes fuentes públicas.
Encargó la obra a Gian Lorenzo Bernini, quien realizó esta majestuosa composición en 1642, utilizando grandes bloques de mármol travertino. Un verdadero acierto de Bernini, pues la fuente resplandece con maravilloso tono dorado en los días más luminosos.
Las colas de cuatro delfines, entrelazados y cabeza abajo, sostienen las dos conchas de una gran venera abierta. De ella emerge Tritón, el colosal dios griego del Mar (hijo de Poseidón y Anfítrite), soplando con sus hinchadas mejillas, a modo de buccina, una caracola marina que sostiene entre sus manos. De ella brota, proyectado hacia el cielo, un gran chorro de agua, que luego cae a la enorme cuenca subyacente, protegida por columnas de mármol.
En las colas de los delfines, artísticamente entrelazado, Bernini colocó el escudo heráldico de la familia Barberini. Éste está compuesto por el característico trio de abejas (símbolos de Laboriosidad, Dedicación y Elocuencia), junto a los emblemas papales: la tiara y las llaves de San Pedro.
La composición desprende una enérgica belleza, aumentada por el majestuoso equilibrio de las figuras que la integran. Se considera un fascinante modelo, dentro de la mitología marina, creado por el genial Bernini; tanto, que ha sido fuente de inspiración para posteriores artistas.
No está de más comentar que Urbano VIII, para poder costear ésta y otras obras con las que entonces embelleció la ciudad, incrementó considerablemente los impuestos al vino. El descontento que ello generó fue tal que, pese a las supuestas buenas intenciones del Papa, el propio Pasquino, la estatua parlante más famosa de Roma, se vio obligado a pronunciarse. Y, en esta ocasión, lo hizo así:
“DOPO MILLE IMPOSTO SUL VINO, URBANO ORA RINFRESCA I ROMANI CON L´ACQUA PURA.”
(DESPUÉS DE MIL IMPUESTOS AL VINO, URBANO AHORA REFRESCA A LOS ROMANOS CON AGUA PURA).
Restaurada en 1932, 1990 y 2013, la Fuente del Tritón aún deslumbra con su presencia la plaza que preside.