FUENTE DE LA TIARA
La Fuente de la Tiara (Fontanelle della Tiare) se encuentra al final de la via di Porta Angélica. Justo entre la famosa Columnata de Bernini y el Passeto di Borgo (la pasarela peatonal fortificada que enlaza el Vaticano con el Castel Sant ‘Angelo).
Fue realizada en 1927 por el arquitecto y escultor Pietro Lombardi, a quien la ciudad había encargado diseñar nuevas fuentes que recordasen, en los distintos barrios, los antiguos distritos o las profesiones desaparecidas.
Lombardi diseñó una sencilla fuente, pero de extraordinaria belleza. Dada la proximidad de la residencia papal, escogió los atributos de éste para su decoración.
Toda ella está hábilmente labrada en travertino. Destaca por la sencillez de sus formas y la cuidada selección de los símbolos que la integran.
La fuente se sustenta sobre una base trilobulada de pórfido romano, que la eleva ligeramente del pavimento de la calzada.
El conjunto está coronado por la Tiara papal, el tradicional y principal tocado del máximo representante de Dios en la tierra.
No obstante, quizás por vandalismo, le faltan la esfera superior (que simula el orbe) y la Cruz que la domina.
La Tiara está conformada por tres coronas (triregnum), símbolo del triple poder que, en su “coronación”, asume el Papa:
- Padre de príncipes y reyes.
- Rector del mundo.
- Vicario de Cristo.
A su vez, ésta se apoya en otras tres tiaras (con esfera, pero sin Cruz), de las que cuelgan sendos pares de imponentes llaves (opuestas sus “paletas”). De cada empuñadura de las llaves surgen sendos caños, por los que brota el agua. Ésta se vierte en tres pilones semicirculares, adornados con “gallones” (relieves en forma de gajos de mandarina), suspendidos bajo cada par de llaves.
Los tres pilones aluden, inequívocamente, a las tres facetas de la Iglesia: Militante, Sufriente y Triunfante.
Las llaves son evidente referencia a las que porta San Pedro, cuya iconografía posiblemente derive del arcaico dios Portunus (el pagano protector de los puertos).
Conviene recordar que San Pedro siempre es representado con dos llaves en la mano:
- Una de oro (apuntando hacia la derecha), que alude al poder sobre el reino de los cielos.
- Otra de plata (dirigida hacia la izquierda), que representa el poder temporal; es decir, la eventual autoridad espiritual del Papa en la tierra.
En este caso, pese a estar labradas en travertino, la simbología es expresa.
Esculpidos en el pilar central, alternados entre cada par de llaves, se encuentran:
- El escudo de Roma, que declara la propiedad municipal.
- El emblema heráldico del Borgo, en referencia al barrio en que se ubica.
- Un haz de varas (facses), los símbolos que portaban los lictores que acompañaban a los antiguos magistrados romanos. Su presencia representaba el poder (Potestas) y la capacidad de instrucción y mando (Imperium) de aquéllos. Y aquí, al estar colocados entre símbolos papales, se otorga su simbolismo al mismo Papa.
Junto a ellos aparece grabado el acrónimo “A. V.”, en referencia al quinto año de pontificado de Pío XI (Papa de 1922 a 1939).
En sí, la Fuente de la Tiara simboliza la armonía entre la ciudad de Roma y el estado Vaticano.
Está abastecida por el acueducto Acqua Pía, el antiguo Acqua Marcia reconstruido por el Papa Pío IX entre 1845-1878 (y por él así renombrado).
Miles de peregrinos han saciado su sed en esta fuente. La excelente calidad de su agua nos refresca y reconforta en la, a veces, sofocante Roma. Con este artículo pretendemos resaltar también su simbología, para evitar que pase inadvertida al contemplarla. Con esta ilusión lo compartimos, y así lo deseamos.