vícolo dell'atleta
FUENTES Y PLAZAS

VICOLO DELL’ATLETA

El vicolo dell’Atleta (callejón del Atleta) toma su nombre del hallazgo de la estatua de un atleta, conocida como Apoxyómenos (el “raspador”). Se encontró en 1849, durante unas excavaciones para los cimientos de un edificio utilizado como horno.

Hoy es un diminuto y característico callejón, en dos niveles, que parece anclado en el tiempo, pero con una historia que merece ver la luz y precisa ser evocada por el singular pasado que encierra.

 

vícolo dell'atleta
Vícolo dell’atleta
Imagen: Google Maps

HISTORIA DEL VICOLO DELL’ATLETA

Esta zona del Trastévere había sido elegida como lugar de residencia por comerciantes y esclavos liberados que llegaban a Roma, sobre todo procedentes del Cercano Oriente. Éstos eran fenicios y griegos, pero mayormente judíos.

Fue el primer núcleo donde se asentó la comunidad judía (anterior al siglo II a.C.) y donde surgió la primera Sinagoga de Roma. Tras las guerras de Pompeyo contra Judea (66-73 a.C.), la comunidad judía se incrementó notablemente con la llegada de los prisioneros traídos a Roma. Allí permanecieron hasta 1555, cuando el Papa Pablo IV (Giovanni Pietro Caraffa), trasladó y confinó a la comunidad judía en el barrio Sant’Angelo, en un “ghetto” al otro lado del Tíber, en la orilla derecha.

La calle era anteriormente conocida como vicolo delle Palme (callejón de la Palma). Tomó ese nombre por la presencia de olivos (símbolos de Judea, al parecer procedentes del huerto de Getsemaní), que presumiblemente estuvieron colocados frente a esa primera «Sinagoga» de Roma, la única superviviente de las siete que se construyeron en el Trastévere.

La sinagoga fue fundada por el lexicógrafo Nathan ben Jechiel (1035-1106), autor de “Los ordenados”. Se destruyó por un gran incendio el 28 de agosto de 1268. Se supone que estuvo donde actualmente se encuentra la peculiar casa medieval (en nº 14 del vicolo, hoy restaurante).

 

vícolo dell'atleta

 

Tiene un hermoso balcón arqueado sobre columnas enmarcado con ménsulas de piedra. La columna central del arco, conocida como columna de la Loggetta, aún conserva algunas inscripciones hebreas («NATHAN CHAY») talladas en su mármol. En sus sótanos (transformados en una bodega, y visitable) aún conserva un pozo que alimenta el antiguo “Mikweh”, la piscina que usaban los judíos para sus baños rituales purificadores.

LA ESTATUA DEL VICOLO DELL’ATLETA

La escultura del Apoxyómenos, cuyo nombre procede de un verbo griego que significa «el que se limpia a sí mismo», representa a un atleta en el acto de quitarse con el strigil (un raspador de hoja curva hecho de marfil, o metálico) el exceso de aceite con el que se habría untado el cuerpo. Ésta era una práctica habitual entre los luchadores de la época, que acostumbraban a “engrasarse” abundantemente antes de las peleas, lo que les facilitaba escapar de las garras de los adversarios y, al mismo tiempo, mitigar la dureza de los golpes recibidos.

 

estatua vícolo dell'atleta

 

La escultura, actualmente en los Museos Vaticanos (Gabinete de Apoxyómenos), fue realizada alrededor del año 50 d.C. Se trata de una copia romana, en mármol pentélico, de un original en bronce (hoy perdido) del famoso escultor griego Lisipo. Éste la esculpió hacia el año 320 a.C., y en su día, decoró las Termas de Agripa (cerca del Panteón). De ella se dice que se encaprichó el emperador Tiberio y la hizo trasladar a su residencia privada. Pero se vio obligado a devolverla ante la insistencia de la gente, que se la reclamaban a gritos cada vez que aparecía en público.

Junto con la estatua de Apoxyómenos también se encontraron restos de un toro fragmentado (del que se desconoce su paradero) y un caballo de bronce (Caballo de Vicolo Delle Palme).

CABALLO DE VICOLO DELLE PALME

 

Imagen: Wikipedia

 

Es un espléndido equino de origen griego, presumiblemente del siglo V a.C. Inicialmente se pensó que era obra del griego Lisipo. Se supuso que pertenecía al grupo que Alejandro Magno encargó para honrar a los capitanes caídos en la batalla de Granico y que, según Plinio, acabó decorando el antiguo Pórtico de Metelo (luego Pórtico de Octavia). Sin embargo, recientemente ha sido atribuido al escultor ateniense Egia, maestro de Fidias, de quien se sabe trabajó entonces en Roma, cuando también esculpió unos Dioscuros para el Templo de Júpiter.

Sus ojos, presumiblemente estuvieran formados por algún tipo de pasta de vidrio. La abertura que presenta el lomo  estaría destinada a albergar la figura del jinete (hoy perdida). No obstante, un pie de bronce encontrado junto con el caballo ha hecho suponer que la figura original fue reemplazada por otra a mediados del siglo I a.C.

Actualmente, tras su restauración, el caballo está expuesto, desde 2007, en la Sala de los Horacios y Curiacios de los Museos Capitolinos.

 

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