COLUMNA DE MARCO AURELIO
La Columna de Marco Aurelio fue erigida en honor del emperador homónimo tras su muerte (entre 180 y 193 d.C.). A instancias de su hijo Cómodo, fue construida por el Senado y el Pueblo Romano (S.P.Q.R.). De ello da fe la inscripción que consta en su base.
Se construyó a inspiración de la columna Trajana (con las figuras de los bajorrelieves más alargadas y abultadas), conmemorando las victorias de Marco Aurelio en las guerras marcomanas contra los germanos (172-173) y los sármatas (174-175), asentados al Norte del curso medio del Danubio, la frontera septentrional del Imperio.
Según recoge la tradición, durante la campaña, la Legio XII Fulminata permaneció en su fortaleza junto al emperador Marco Aurelio, mientras el resto de las tropas siguió su marcha. De pronto, una enorme fuerza de marcomanos rodeó su campamento y lanzó un gran ataque. Los legionarios, pese al agotamiento por la sed y el calor, resistieron. Cuando la fortaleza estaba a punto de caer, un rayo impactó sobre la torre de asedio enemiga, incendiándola. Casi al mismo tiempo se desató una lluvia torrencial que hizo huir a los germanos. Todos lo consideraron un milagro. Unos lo atribuyeron a las oraciones de los soldados cristianos. Otros, a que Marco Aurelio, al presentir el inminente desastre para él y su legión, ordenó hacer un sacrificio a los dioses, solicitando su protección.
Ambos hechos, la “caída del rayo sobre la torre de asedio” y el de la conocida como “lluvia milagrosa”, aparecen representados en los grabados de la columna (escenas 11 y 16, respectivamente).
No es una columna monolítica, sino que está formada por 28 tambores de mármol “lunense” (de Carrara), colocados uno sobre otro y esculpidos posteriormente con un friso en relieve. En él se detallan, progresivamente, en espiral, comenzando por abajo (los romanos cruzando el Danubio por un puente de pontones), las victorias del emperador. La historia que aquí se relata no es continua, sino que representa los episodios más sobresalientes de las guerras, sin respetar siquiera un orden cronológico, sino sólo hechos principales y figuras destacadas. En el centro, una Victoria alada divide las dos campañas militares del emperador.
La columna, inclyendo la base, se eleva hasta una altura de 41,9 metros. Sólo el tronco mide 29,60 metros, y tiene un diámetro de 3,7 metros. Una escalera de caracol interior, con 203 peldaños e iluminada por 56 aspilleras, permite llegar hasta la pequeña terraza, sobre el capitel dórico.
Originalmente la columna estaba coronada con una estatua, en bronce dorado, del emperador Marco Aurelio. Pero el Papa Sixto V la sustituyó por la actual de San Pablo (obra de Leonardo da Sarzana y Tommaso Della Porta), realizada en bronce, a juego con la de San Pedro que remata la columna de Trajano. Ello sucedió en el curso de una restauración efectuada en 1589 por Domenico Fontana, y para la que se utilizaron los mármoles obtenidos de lo que quedaba del Septizodium, la monumental fachada que construyera en 203 el emperador Septimio Severo al pie del Monte Palatino.
También entonces se atribuyó equivocadamente la columna al emperador Antonino, pues así lo hizo constar Sixto V (Felice Peretti, Papa de 1585 a 1590) en la inscripción que consta en la base actual:
SIXTVS V PONT MAX COLVMNAM HANC COCHLIDEM IMP ANTONINO DICATAM MISERE LACERAM RVINOSAMQ (UE) PRIMAE FORMAE RESTITVIT A. MDLXXXIX PONT IV.
(SIXTO QUINTO, PONTÍFICE MÁXIMO, ESTA COLUMNA CÓCLIDA DEDICADA AL EMPERADOR ANTONINO, MISERABLEMENTE DETERIORADA Y ARRUINADA, VOLVIÓ A SU FORMA ORIGINAL. 1589 D.C., EN EL CUARTO AÑO DE SU PONTIFICADO).
De ahí que también se la conozca, erróneamente, como Columna Antonina.
La base original (que aún se conserva enterrada a unos 4 m. bajo del nivel actual de la calle) estaba decorada con relieves. En el lado que daba a vía Lata se representa la “sumisión de los bárbaros”; los otros tres lados estaban decorados con Victorias con guirnaldas.
Mención especial merece Giovanni Battista Piranesi, arqueólogo, arquitecto y grabador italiano que, alrededor de 1756, realizó más de 2000 originales grabados de las antiguas construcciones romanas. Entre ellas, la columna de Marco Aurelio. Ello nos permite visualizar lo que el tiempo o la distancia nos impiden:
La columna aún permanece en su lugar original, si bien entonces ocupó el centro de un monumental complejo, del que apenas quedan vestigios. Estaba integrado, entre otros, por:
- Templo de Marco Aurelio. Construido por su hijo y sucesor Cómodo. Se ubicaba donde hoy se erige el palacio Wedekind.
- Ustrinum Antoninorum. Era el lugar, monumentalizado, donde se incineró el cadáver del emperador Antonino Pío. En el lugar, hoy se asienta el Palazzo Montecitorio, sede actual de la Cámara de los Diputados.
- Columna de Antonino Pío. De ella sólo ha sobrevivido la base (actualmente conservada en los jardines Vaticanos), pues lo que quedaba de ella fue reutilizado para la reconstrucción de cercano Obelisco Psamético, que formaba parte del gigantesco reloj solar de Augusto, el Horologium Augusti, hoy sepultado bajo los edificios de la zona.
