SAN JUAN NEPOMUCENO
San Juan Nepomuceno (aprox. 1340-1393) nació en la localidad de Nepomuk, una ciudad de Bohemia (la actual República Checa), de donde toma nombre (Juan de Nepomuceno). Tras sus estudios teológicos y de derecho, se instaló en Praga, donde ejerció de párroco, llegando a ser Vicario General del arzobispo.
Aquí, en Praga, la reina Juana de Baviera, reina consorte del rey Wenceslao IV, lo eligió por confesor.
La tradición recoge que el rey, celoso por las presuntas infidelidades de su esposa, le exigió revelar el nombre de su amante. Amparado en el “secreto de confesión”, Juan de Nepomuceno se negó a ello. Y el rey Wenceslao, tras martirizarlo, persistiendo el confesor en su silencio, lo hizo arrojar atado de pies y manos desde el Puente Carlos (Karlův most) al río Moldava. En él pereció ahogado, presumiblemente un 20 de marzo de 1393. Su cuerpo, que pudo ser recuperado por los católicos, fue posteriormente enterrado en la Catedral de San Vito, en Praga.
Allí reposan sus restos, en una suntuosa tumba de plata (al parecer de miles de kilos). Y, esculpido en ella, el siguiente epitafio:
“Yace aquí Juan Nepomuceno, confesor de la reina, ilustre por sus milagros, quien por haber guardado el sigilo sacramental, fue cruelmente martirizado y arrojado desde el puente de Praga al Moldava, por orden de Wenceslao IV, el año 1393”.
Tres siglos después se halló su lengua incorrupta, lo que propició su canonización. Por su martirio y los milagros que obró, Benedicto XIII (Pietro Francesco Orsini, Papa de 1724 a 1730) lo santificó el 19 de marzo de 1729.
San Juan de Nepomuceno es Patrón de Bohemia, y la iglesia católica lo rememora cada 20 de marzo, día de su muerte. En Praga, sobre el Puente Carlos, una Cruz metálica indica el lugar desde el que fue arrojado al río. Junto a ella, los muros del puente también sostienen una preciosa estatua del santo.
Su figura representa el “secreto sacramental” y, como tal, se le considera protector de los confesores, del honor y, en particular, de quienes están en peligro de perecer ahogados. De ahí que en las múltiples representaciones del santo aparezca casi siempre acompañado de una Cruz (abrazando la Fe) y de un querubín que, con el índice de su mano derecha sobre la boca, invita al “silencio”. Un ejemplo de ello es la estatua ante el Puente Milvio, en Roma.
Además, desde 1731 San Juan Nepomuceno es también Patrón de la Infantería de Marina Española. Ese año, en el seno de la Marina Española, una Real Orden creó el Batallón de Barlovento. En él se disponía que cuando el batallón estuviese de guarnición en América, quedaría bajo la protección de la Virgen de Guadalupe. Por el contrario, mientras permaneciese en España, lo estaría bajo la de San Juan Nepomuceno.
El Capitán General de la Armada, en comunicación de 16 de mayo de 1758, extendió este último patronazgo a todos los batallones de la Marina. Un patronazgo que, a solicitud del entonces Inspector General de la Infantería de Marina, se ratificó en 1878. Además, en virtud de esa solicitud, el rey de España, Alfonso XII, transmitió a los respectivos mandos jurisdiccionales, su soberana voluntad:
“Que el día 16 de mayo, en que se celebra constantemente la festividad del Patrono San Juan Nepomuceno, lo sea de gala para cuantos pertenecen al Cuerpo de Infantería de Marina, y así se celebre una función religiosa, según lo permitan los fondos generales de entretenimiento de los Regimientos, Batallones sueltos Apostaderos; costeándose por los mismos la imagen del Santo o retrato en pintura que ha de haber en la capilla de los cuarteles donde se alojan de ordinario las tropas de la Armada, de que se trata”.
Para la Infantería de Marina Española (la Infantería de Marina más antigua del mundo, creada un 27 de febrero de 1537, bajo el reinado de Felipe II), San Juan Nepomuceno era todo un ejemplo a imitar. Una advocación dirigida a que sus componentes no quebrantasen el secreto de cuantas consignas reciban y las defiendan heroicamente. Así lo previene y aclara el 5º Mandamiento de su Decálogo corporativo, que literalmente reza:
“Ajustaré mi conducta al respeto de las personas. Su dignidad y derechos serán valores que guardaré y exigiré”.
Desde entonces, cada 16 de mayo la gloriosa Infantería de Marina Española se viste de gala para honrar a su santo Patrón.