EXCUBITORIUM
El Excubitorium fue la sede de la «VII Coorte dei Vigili» a cargo de la vigilancia, especialmente para extinción de incendios, en el área de Trastévere. El término “excubitorium” viene del latín “ex cubare”, que significa “dormir fuera”. En la práctica “mirar”, “cuidar”, “vigilar”.
El hallazgo del edificio tuvo lugar entre los años 1865 y 1866 tras unas excavaciones arqueológicas. Pero hasta 1986 no se efectuó su consolidación y restauración.
El edificio, originalmente privado, se remonta a la época imperial. Se supone que se adaptó como una “Casa de Guardia” hacia finales del siglo II d.C., pues los cuarteles principales de la VII Coorte, destinados a la vigilancia de las regiones Transivistibin XIV y IX Circo Flaminio, tenían que estar en el Campo de Marte.
El monumento está marcado por una inscripción amurallada coronada por un friso. Sobre el portal de entrada están representados las herramientas de los Vigili y el escudo de armas del Papa Pío IX, reinante en el momento del descubrimiento.
El edificio se encuentra a 8 metros bajo el nivel actual de la calle. Consta de un gran salón, originalmente pavimentado con un gran mosaico en blanco y negro que reproducía monstruos marinos y dos tritones (uno con un tridente en su mano derecha y con un rostro apagado en la izquierda, símbolo del fuego domado, y el otro un rostro iluminado e indicando al mar, o el agua necesaria para extinguir el fuego). Lamentablemente, desapareció durante la II Guerra Mundial.
En el centro de la sala hay una fuente hexagonal. Hacia el Sur hay una entrada arqueada, enmarcada por dos pilastras corintias coronadas con un tímpano. Conduce a una exedra rectangular, cuyo interior aún conserva parte de los frescos originales. Esa sala era el “Lararium”, la salita para el “Genio Excubitori” (jefe de Guardia).
A su alrededor había otros entornos, algunos de destino incierto, quizás solo las habitaciones de los bomberos, mientras que otros han sido bien catalogados. El que se encuentra al Oeste, con el piso de cocciopesto y un pozo de acceso en el centro, se identificó como un baño. El que se coloca en el Norte, como un almacén, debido a la presencia de un «dolio» subterráneo. Esto era un contenedor que se usaba para almacenar granos, verduras, aceite y otros alimentos.
Se descubrieron numerosas inscripciones en las paredes del gran atrio del Excubitorium, ninguna de los cuales sobrevivió, excepto en las transcripciones. Gracias a ellas se hizo una luz sobre la organización de los bomberos y su vida en los cuarteles. En ellas, a menudo, no solo se tributan saludos a los emperadores y gracias a los dioses, sino que también recogen el nombre y el número de la cohorte, los nombres y los grados de la brigada de bomberos, recuperándose, así mismo, la arcaica acepción de «sebaciaria» y de «milites sebaciarii«. La palabra “sebo” (“sego“) es referida por la grasa sólida de buey o cordero que los bomberos utilizaban para alimentar sus antorchas durante las patrullas nocturnas.
Algunas inscripciones, a menudo fechadas, pertenecen a los años comprendidos entre 215 y 245 d.C. En uno de ellos, en plan graffiti, se lee “Fecha … de sucesor lassum” («Fecha … estoy cansado, dame el cambio»).