LAS ESCALERAS GEMONÍAS
Las Escaleras Gemonías (en latín Scalae Gemoniae) fueron un tramo de peldaños cuya ubicación coincidiría, en la actual via di San Pietro in Cárcere, entre la Cárcel Mamertina y el Tabularium, con un tramo de escaleras que llevaba al Arx del Capitolio. Se hicieron tristemente famosas en la historia romana como lugar de ejecución, por lo que fueron apodadas Escaleras del Luto.
Posiblemente se construyeran a principios de la época imperial, apareciendo referenciada en tiempos de Tiberio (14-37 d.C.). Entre otros, la citan Valerio Máximo y Tácito.
Su primer uso como lugar de ejecución se asocia, principalmente, con los excesos paranoicos de finales del reinado de Tiberio. Suetonio las cita como parte importante en los tiempos de terror protagonizados por Sejano.
Los condenados eran habitualmente estrangulados antes de que sus cuerpos se atasen y se arrojasen a las escaleras. Ocasionalmente, los cadáveres de los reos ejecutados en otros lugares de Roma eran trasladados hasta estas escaleras para ser exhibidos. Los cuerpos eran abandonados para que se pudriesen en la escalera durante largos períodos de tiempo, a la vista de todos desde el Foro. Eran comidos por los perros y otros animales carroñeros, hasta que, al final, se les arrojaba al río Tíber.
La muerte en las Gemonías se consideraba extremadamente deshonrosa. Varios senadores, e incluso un emperador, encontraron aquí su fin. Entre los más famosos ejecutados en este lugar están el prefecto de la guardia pretoriana, Sejano, y el emperador Aulo Vitelio.
BREVE HISTORIA DE ALGUNOS DE LOS PERSONAJES QUE PASARON POR LAS ESCALERAS GEMONÍAS
Sejano
Era comandante de la guardia pretoriana que, tras convertirse en íntimo confidente del emperador Tiberio, llegó a ser pretor. Pretendiendo alcanzar el máximo poder, conspiró contra los sucesores del emperador, logrando acabar con Druso, en connivencia con la esposa de éste, Livila.
Tras la muerte de Druso, Tiberio colocó como sus posibles sucesores a los hijos del general Germánico y Agripina la Mayor: Nerón César, Druso César y Cayo Calígula. Éstos pasaron a ser entonces objetivos de Sejano en su afán por el poder.
Agripina y dos de sus hijos fueron exiliados en el 30 a.C, y murieron de inanición. El único hijo de Germánico que logró sobrevivir a Sejano fue Calígula, que fue a vivir a Capri con Tiberio.
A finales del año 31 a.C., su conspiración fue descubierta. Según Dión Casio, fue estrangulado y arrojado por las Gemonías, donde la turba se ensañó con su cadáver durante tres días. Poco después, sus tres hijos fueron igualmente ejecutados en este lugar.
Vitelio
Fue un general que, tras el suicidio de Otón el 16 de abril del año 69 (Año de los Cuatro Emperadores), se convirtió en el tercer emperador. Sólo disfrutó del cargo durante 8 meses. Tras ser derrotado por Vespasiano, aceptó rendirse, pero la guardia pretoriana rechazó dejarle abandonar la ciudad. Cuando Vespasiano iba a entrar en Roma, el 20 de diciembre del 69, Vitelio fue arrastrado desde donde se ocultaba hasta el Foro Romano, atravesando toda la vía Sacra con las manos atadas, un lazo al cuello y las ropas rasgadas.
A lo largo de todo el recorrido lo condujeron sujetándole la cabeza por los pelos y con la punta de una espada en el mentón, mientras la multitud le insultaba y le arrojaba fango y excrementos. Aquéllos le llamaban borracho e incendiario. Parte del pueblo hacía burla hasta de sus defectos corporales, pues era extremadamente alto y tenía el rostro encendido y manchado por el abuso del vino, el vientre abultado y una pierna más delgada que la otra, a consecuencia de una herida que se infirió en otro tiempo en una carrera de carros, sirviendo de auriga a Calígula. Cerca ya de las Gemonías le desgarraron a pinchazos con las espadas y lo arrastraron con el gancho hasta el Tíber. Sus últimas palabras, según Suetonio, fueron:
«Y, aun así, yo fui una vez vuestro emperador».
Decébalo (Decebalus)
Era el último rey de Dacia. Fue perseguido y finalmente arrinconado por destacamentos romanos que buscaban su cabeza. Para evitar ser capturado vivo, y con ello ser exhibido y humillado en Roma, Decebalus se suicidó cortándose el cuello (ello se representa en la columna de Trajano). Es probable que cuando el explorador de caballería romano Tiberius Claudius Máximus (de la Legión VII – Claudia), se acercaba, todavía estuviera vivo.
Así se afirma en la estela funeraria de Maximus hallada en Gramini (Grecia), que cita dos ocasiones en las que el legionario fue condecorado por su participación en las guerras dacias, una de las cuales fue la adquisición de la cabeza de Decébalo.
Maximus presentó ante Trajano la cabeza y la mano derecha de Decébalo, y lo condecoró por ello. Los trofeos (cabeza y mano) fueron enviados a Roma, donde, en el 106 d.C., fueron arrojados a las Escaleras Gemonías.